Todos los hombres tienen una madre. También Jesús nació de una madre, la Virgen María.
María era hija de Ana y Joaquín, era una joven sencilla que esperaba fielmente la venida del Mesías, el salvador, que Dios les había prometido a través de los profetas. Era una joven que desde niña rezó mucho y que confiaba en Dios.
La virgen María creyó en la Palabra de Dios que le anunció el ángel Gabriel, y de inmediato dejó sus proyectos, tareas y compromisos para hacer lo que Dios le estaba pidiendo. Ella le respondió al ángel: “yo soy la esclava del Señor” y con alegría puso su vida al servicio de Dios.
María fue la primera discípula que sigue a Jesús, lo acompaña y lo escucha desde su nacimiento, pasando por la cruz y la resurrección.
A través de nuestra madre queremos acercar a los más pequeños a Dios.
Día de la Madre el primer domingo del mes de mayo.
Festejar a las madres es una tradición conocida ya en el Neolítico y que se traslada a la antigua Grecia, donde se rendían honores a la dios Rea, esposa de Crono y madre de Zeus (el dios supremo), Poseidón y Hades. Los romanos identificaron a la diosa Cibeles, de origen frigio, la reencarnación de Rea y la consideraban la Madre de la Tierra. A esta poderosa diosa se la asociaba con la fertilidad y le rendían culto como protectora de los romanos en la guerra. Los dos leones que la acompañan simbolizan su naturaleza salvaje y guerrera.
Una fiesta religiosa
El cristianismo transformó esta fiesta pagana en una celebración para honrar a la Virgen María. En nuestro país, a partir de una iniciativa del Frente de Juventudes, en 1939 se estableció el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, como el Día de la Madre.
Fiesta comercial y popular
En España, el mes de mayo es el mes de la Virgen María y la tradición católica mantiene diversas celebraciones en honor a la madre de Jesús en esas fechas. Sin embargo, la elección del primer domingo de este mes como Día de la Madre no es una fiesta religiosa, en realidad tiene un carácter comercial y popular, auspiciada por unos grandes almacenes.
Finalmente la Iglesia católica optó por trasladar la festividad al primer domingo de mayo para darle una visión más religiosa y recuperar el auténtico carácter de la fiesta de la Inmaculada del 8 de diciembre. En cualquier caso el Día de la Madre nunca ha sido declarado fiesta oficial.
Eres Tú (Mamá)
Tú me has dado todo lo mejor en esta vida
Tú quien me regala amor sincero cada día
Eres tú quien me enseñó a caminar con alegría
Tú quien en mi soledad me hace compañía
Mujer fuente de mi inspiración
Que me regala su amor
Amor convertido en mujer
El sol de mi amanecer
Eres la estrella que brilló
Por más tiempo en mi corazón
Y que la vida a mí me dio
Y en recompensa canto hoy
Mamá
Tú me has levantado en mis tropiezos del camino
Tú eres regalo de la vida y del destino
Eres tú quien ha sufrido con tal de que yo no sufra
Tú que entre las rosas tu belleza siempre triunfa
Eres la fuerza de mi corazón
Y la potencia de mi voz
Con la que canto esta canción
Diciendo lo que siento yo
¿Y qué es lo que puedo sentir
Mas que un profundo amor por ti?
Mi amiga incondicional
Ternura, vida y mi cantar
Que hoy yo canto para ti
Contando que yo soy feliz
Por tener cerca la mujer
Que más amor a mí me da
Mamá
Oh-oh-oh
Eres tú
Eres tú, mi mamá
Eres tú
3 de mayo, Día de la Cruz
El origen de las Cruces de Mayo: "vestir la Santa Cruz"
El origen de las Cruces de Mayo se remonta a la cruz que "vistió" Santa Elena, quien fue madre del Emperador Constantino. En este aspecto, se cuenta que se encontró con diversas cruces y las fue probando para situar a un fallecido en ella. No obstante, esta persona resucitó y, entonces, Santa Elena decidió vestir esa cruz que se había quedado desnuda.
El 3 de mayo se conmemora el Día de la Santa Cruz, instituida en el siglo IV. Esta tradición popular, que tiene sus orígenes muy antiguos en Jerusalén, se sigue festejando en varios pueblos de habla hispana.
En muchos de estos lugares adornan las cruces con coloridas flores, se realizan procesiones, cantos y bailes.
Se dice que por el siglo IV el pagano Constantino tenía que enfrentar una terrible batalla contra el perseguidor Majencio. La noche anterior al suceso tuvo un sueño en la que vio una cruz luminosa en los aires y escuchó una voz que le dijo: «Con este signo vencerás«. Al empezar la batalla mandó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y exclamó: "Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena".
La victoria fue total, Constantino llegó a ser emperador y dio libertad a los cristianos.
Por lo que, la historia narra que Santa Elena, madre del emperador, pidió permiso a su hijo y fue a Jerusalén a buscar la Santa Cruz en la que Cristo murió. Después de muchas excavaciones encontró tres cruces y no sabían cómo distinguir cuál era de Jesús.
Es así que llevaron a una mujer agonizante, quien al tocar la primera cruz se agravó más con su enfermedad. En la segunda cruz, la enferma se mantuvo igual, pero al tocar el tercer madero, recuperó la salud.
Santa Elena con el Obispo y los fieles llevaron esta cruz en procesión por las calles de Jerusalén. En el camino había una mujer viuda que llevaba a enterrar a su hijo. Por lo que acercaron la Cruz al fallecido y éste resucitó.
Se celebra en Jerusalén y muchos pueblos del mundo el 3 de mayo como la fiesta del hallazgo de la Santa Cruz.