Qué es Confirmación:
Confirmación puede referirse a dos cosas: por un lado, la acción y efecto de confirmar, esto es, dar prueba de un hecho, fenómeno, decisión, etc. Por el otro lado, puede referirse también a un sacramento de la Iglesia católica.
La confirmación es uno de los siete sacramentos de la Iglesia católica, practicado también por la Iglesia ortodoxa y la anglicana. Su propósito es renovar las promesas bautismales y expresar públicamente el compromiso del seguimiento del Evangelio.
En la antigüedad, la confirmación era practicada por la Iglesia junto con el bautismo, que es el ritual de iniciación cristiana, y la comunión. Esto se debía a que en aquellos tiempos, estos rituales eran recibidos tras una larga formación.
Cuando se estableció la costumbre de bautizar a los niños pequeños, los tres rituales se separaron. A partir del Concilio de Trento en el siglo XVI, la confirmación pasó a administrarse entre 2 y 7 años después del bautismo.
En los tiempos actuales, gracias al Concilio Vaticano II en la década de 1960, la administración de la confirmación se ha postergado hasta unos 7 años después de la primera comunión, de manera que la persona pueda renovar sus promesas bautismales de forma consciente. En términos generales, la confirmación suele practicarse después de los 16 años.
Símbolos de la confirmación
El sacramento de la confirmación es administrado por un obispo. Sus símbolos rituales son:
- La imposición de las manos: este signo transmite la bendición, el poder y la gracia de Dios de una persona a otra. Representa así la eficacia del la entrega del don del Espíritu Santo.
- La crismación o unción del óleo sagrado: a través de la unción del óleo sagrado, símbolo de abundancia, gozo y limpieza, el confirmando se consagra como testigo de la fe y seguidor del Evangelio.
Además, el confirmando debe escoger un padrino o una madrina de confirmación, cuyo papel será acompañarle en la profundización de su fe en la edad adulta. Por ello, el padrino o la madrina deberán ser creyentes practicantes.
La confirmación es un sacramento de iniciación que consiste en la renovación de las promesas bautismales. Entre ellas, el rechazo del pecado, el seguimiento del evangelio y el compromiso con la Iglesia. El ministro es el obispo, quien pueden delegar la función en un sacerdote. El sujeto puede ser cualquier persona bautizada que haya tomado la primera comunión.
Significado de la confirmación
La confirmación simboliza la reafirmación de la fe y del compromiso cristiano, acrecentados por los dones del Espíritu Santo: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
La materia o signo visible de la confirmación es la unción del Santo Crisma, un aceite perfumado que simboliza el fortalecimiento de la fe y el llamado a ser testimonio. Imposición de manos, la cual transmite la bendición de Dios.
La oración por la cual se sella el sacramento de la confirmación es: «Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo». Una vez pronunciada por el obispo, la persona ya está confirmada.
Otros elementos complementarios de la liturgia de confirmación son: la luz del cirio pascual y el beso de la paz. La luz es símbolo del Espíritu Santo que da vida. El beso es señal de la comunión del obispo con los fieles.
Fundamentos bíblicos de la confirmación
El principal fundamento bíblico de la confirmación se encuentra en el pasaje de Pentecostés, de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 2, 1-13). Según el libro, después de la muerte y resurrección de Jesús, los apóstoles se escondieron por miedo.
Al final de cincuenta días, el Espíritu Santo se derramó sobre ellos, fortaleció su fe, los colmó de dones y los envió a predicar el Evangelio. Otras referencias son: Hechos de los Apóstoles 19, 1-6. Segunda Carta a los Corintios 1, 21-22. Efesios 1, 13. Hebreos 6, 1-2.