14 de abril de 2024

DE CAMINO DE EMAÚS













Jesús se encuentra con dos discípulos en camino a Emaús (Lc 24, 13-35 ; Mc 16, 12-13). En este notable encuentro, vemos dos elementos presentes hasta hoy en la celebración de la Eucaristía: La Palabra y la partición del pan. 



 





TE CONOCIMOS, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN

Andando por el camino, te tropezamos, Señor,

te hiciste el encontradizo, nos diste conversación,

tenían tus palabras fuerza de vida y amor,

ponían esperanza y fuego en el corazón.

TE CONOCIMOS, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN,

TÚ NOS CONOCES, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN. (bis)

Llegando a la encrucijada, Tú proseguías, Señor;

te dimos nuestra posada, techo comida y calor;

sentados como amigos a compartir el cenar,

allí te conocimos, al repartirnos el pan.

TE CONOCIMOS, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN,

TÚ NOS CONOCES, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN. (bis)

Andando por los caminos te tropezamos, Señor,

en todos los peregrinos que necesitan amor;

esclavos y oprimidos que buscan la libertad,

hambrientos, desvalidos, a quienes damos el pan.



Hay un corazón que mana,

que palpita en el Sagrario,

el corazón solitario,

que se alimenta de amor.


Es un corazón paciente,

es un corazón amigo,

el que habita en el olvido,

el corazón de tu Dios.


Es un corazón que ama,

un corazón que perdona,

que te conoce y que toma,

de tu vida lo peor.


Que comenzó esta tarea

una tarde en el Calvario,

y que ahora desde el Sagrario

tan sólo quiere tu amor.


Decidle a todos que vengan

a la fuente de la vida.

Hay una historia escondida

dentro de este corazón.


Decidles que hay esperanza,

que todo tiene un sentido.

Que Jesucristo está vivo,

decidles que existe Dios.

 

Es el corazón que llora

en la casa de Betania.

El corazón que acompaña

a los dos de Emaús.

 

Es el corazón que al joven

rico amó con la mirada.

El que a Pedro perdonaba

después de su negación.

 

Es el corazón en lucha

del huerto de los Olivos,

que amando a sus enemigos

hizo creer al ladrón.

 

Es el corazón que salva

por su fe a quien se le acerca.

Que mostró su herida abierta

al apóstol que dudó.


Decidle a todos que vengan

a la fuente de la vida.

Hay una historia escondida

dentro de este corazón.


Decidles que hay esperanza,

que todo tiene un sentido.

Que Jesucristo está vivo,

decidles que existe Dios.



ACTIVIDADES:




REALIZAMOS UN COMIC SOBRE ESTA CITA BIBLICA. EJEMPLOS



REALIZA TUS ESCENAS


7 de abril de 2024

LAS APARICIONES DE JESÚS RESUCITADO

 ¿Cuántas veces Jesús Resucitado se apareció a la gente?

En el tiempo de  Pascua, conmemoramos los días que Jesús pasó en la tierra hasta que se produjo su Ascensión a los cielos, fiesta que este año celebraremos el 9 de mayo.

El ministerio de Jesús se expresó a través de una serie de apariciones a las personas que estimó oportuno.

Apariciones en Jerusalén

La primera aparición del Señor, en la mañana, fue a María Magdalena y la otra María. Marcos y Juan (cf. Mc 16.9; Jn 20, 14-18) relatan que Jesús se le apareció por primera vez a María Magdalena. Mateo (cf. Mt 28, 9-10) narra que ella estaba acompañada por otra María, la madre de Santiago. En seguida, estas Marías fueron a testimoniar a los discípulos lo sucedido. Las mujeres son las primeras testigos de la resurrección del Señor.

Poco después, por la tarde, antes de aparecer en el grupo de los Once, Jesús se encuentra con dos discípulos en camino a Emaús (cf. Lc 24, 13-35; Mc 16, 12-13). En esta notable encuentro, vemos dos elementos presentes hasta hoy en la celebración de la Eucaristía: La Palabra y la partición del pan. En este pasaje, se menciona que el Señor se le apareció a Pedro (cf. Lc 24, 34; 1 Cor 15,5), el mismo domingo.

Por la noche, en el Cenáculo, la habitación utilizada para la Última Cena, el Señor aparece dos veces al grupo de los Once. La primera vez, el mismo domingo, sin la presencia de Tomás (cf. Jn 20, 19-23) y la segunda una semana después, con su presencia (cf. Jn 20, 26-29).

El libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 1, 3-11) relata una aparición del Señor en Jerusalén a los Apóstoles y otros testigos. Esto sucedió durante los 40 días antes de su Ascensión.

En Galilea

En Galilea, el Señor apareció dos veces: primero a siete discípulos, en la segunda ocasión en la pesca milagrosa (cf. Jn 21, 1-23), junto al mar de Tiberíades, y luego al grupo de los Once en una montaña designada por el Señor (cf. Mt 28, 16-20).

Apariciones mencionadas por Pablo

En su primera Carta a Corinto, Pablo narra que el Señor se le apareció por primera vez a «Cefas, y luego a los Doce. En seguida se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, […] Posteriormente se le apareció a Santiago, y luego a todos los apóstoles. Por último, se apareció también a mí, como un abortivo» (1 Cor 15, 5-8).

¡Seamos testigos de la resurrección!

Con tantos relatos y testimonios, es muy difícil negar la resurrección del Señor.

Algunos afirman, que a pesar que no hay relato en los Evangelios, que el primer testigo de la resurrección fue su Madre, María. Uno de ellos es San Juan Pablo II.

Que María nuestra Madre y estos innumerables testigos renueven nuestra fe y nos animen a anunciar la vida nueva que nos trae Cristo.





PEDRO Y JUAN ANTE LA TUMBA  VACÍA


ACTIVIDADES:



• Titulo: «Los discípulos Pedro y Juan corriendo al sepulcro en la mañana de la resurrección».
• Autor: Eugène Burnand.
• Año: 1898.
• Dimensiones: 82 cm x 134 cm.
• Museo: Musée d’Orsay, París.

Evangelio según San Juan 20,1-9:

1. El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro.

2. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.»

3. Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro.

4. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro.

5. Se inclinó y vio los lienzos en el suelo; pero no entró.

6. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve los lienzos en el suelo,

7. y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a los lienzos, sino plegado en un lugar aparte.

8. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó,

9. pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos.


Me gustaría destacar tres aspectos importantes del relato:

1.- Juan llega primero al sepulcro, pero es Pedro, que llega poco después, el que entra primero en él: ¿Por qué espera Juan antes de entrar en el sepulcro? ¿Por respeto a Pedro?

2.- El relato se detiene en describir con detalle la situación en que se encontraban los lienzos y el sudario en los que fue envuelto Jesucristo. ¿Por qué? Los lienzos están en el suelo y el sudario “plegados en un lugar aparte”. ¿Qué significa eso? ¿Por qué son tan importantes esos detalles para que los escribiera Juan en su evangelio? ¿Qué importancia podría tener en qué situación se encontraban ambas telas?

3.- Cuando Juan finalmente entra en el sepulcro, y ve el estado en que se encuentra éste, el evangelio, que no olvidemos fue escrito por el mismo Juan, afirma que Juan “vio y creyó”, pues “hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos”.





1 de abril de 2024

CELEBRAMOS LA PASCUA DE RESURRECCIÓN

 La Pascua es el día en el que Cristo resucitó, y es la fiesta principal de la cristiandad. 

El lunes de Pascua es el primer día de la octava Pascua, que es la semana que sucede al Domingo de Resurrección. Es el comienzo del Tiempo Pascual, un periodo de 50 días en los que se conmemora la muerte y resurrección de Cristo y el tiempo que pasó después con los apóstoles. El Tiempo Pascual concluye con el domingo de Pentecostés.




 



  






ACTIVIDAD:











TERCER TRIMESTRE CURSO:2023-24


 

17 de marzo de 2024

CINEFORUM: DIOS CON NOSOTROS




Nació en una humilde oscuridad, pero su familia tuvo que huir para salvarlo de un gobernante celoso. Perdonó los pecados, curó a los enfermos y dio esperanza a los desanimados y oprimidos, sin embargo, fue despreciado y rechazado por muchos. Dijo la verdad incluso cuando era peligroso hacerlo. ¡Voluntariamente dio su vida y luego resucitó, conquistando el poder de la muerte! De La Voz de los Mártires viene Dios con nosotros, anteriormente llamado Jesús: Él vivió entre nosotros. Con una animación mejorada recientemente, es la narración dramática de la vida de Jesucristo vista a través de los ojos del último apóstol sobreviviente, Juan. Viaja con Jesús y encuentra sus milagros, su enseñanza asombrosa y su valentía sin igual. Descubra el poder y el amor de Jesucristo y vea por qué sus seguidores arriesgaron todo para llevar su mensaje a los confines de la tierra.



 


10 de marzo de 2024

CELEBREMOS SAN JOSÉ Y EL DÍA DEL PADRE

             



Todo lo que sabemos de San José, lo podemos entrever en la Biblia, especialmente en los evangelios de San Mateo y San Lucas.

Su silencio lo caracteriza y es precisamente a través de sus obras, de sus actos de fe, confianza, y sobre todo de su amor, lo que nos descubren a San José, como un gran santo.

Dios le encomendó ser el padre adoptivo del niño Jesús y esposo de la Virgen María, un privilegio y una gran responsabilidad, el santo custodio de la Sagrada Familia.

Vivió de forma sencilla, realizando en su vida cotidiana la misión que el Padre le había encomendado de la manera más perfecta posible, contribuyendo de este modo a la realización del proyecto de la salvación de Dios.

La vida de San José fue una vida de oración y silencio permaneciendo de este modo en diálogo con Dios; trabajador y honesto para mantener a su familia; padre y esposo, lleno de amor y compasión; obediente y de una profunda fe dejándose llevar en manos de Dios; hombre justo y casto, cuya imagen vemos representada por la azucena en la mano, símbolo de pureza y de su estado virginal, en la iconografía del arte cristiano.

Podríamos decir que la vida de San José, fue una peregrinación en la fe, que al igual que María, ambos permanecieron fieles hasta el final, en lo que se le había encomendado.

 

Virtudes destacadas de San José

·        Paternidad

 

«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 20-21).

 

En esta cita bíblica se halla el núcleo central sobre San José. Fueron destacables entre otras virtudes, su obediencia y humildad, realizó lo mandado por el ángel y tomó a María con todo el misterio de la maternidad.

Se abre en esta disponibilidad y entrega absoluta al designio de Dios, que le pide el servicio de su paternidad, cooperando de este modo en el gran misterio de la redención; toda la vida de Jesús le ha sido confiada a su custodia.

En los evangelios se puede ver la tarea paterna de San José, realizada en los gestos que forman parte de la vida familiar: en su nacimiento, la circuncisión, la presentación de Jesús en el Templo… cada acontecimiento que se va desarrollando sobre su vida.

Se le ordena poner el nombre de Jesús, aunque no fuera fruto suyo, de esta manera declara su paternidad legalmente y proclamando su nombre define también su misión salvadora: «Y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21).

El Papa Francisco en la Carta Apostólica «Patris Corde« menciona la cita de Pablo VI donde se observa la paternidad manifestada concretamente «al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa» (Patris Corde, 1).

 

·        Obediencia y fe

Vemos en su persona como obedecía con docilidad, y siempre estaba oyente a la voz de Dios. En cada circunstancia de su vida se ve la respuesta dirigida hacia esta voluntad.

A través de sus sueños, se le reveló lo que tenía que hacer y se observa en él su obediencia sin pensar en las dificultades. Por la fe acató los caminos de Dios, en esa confianza que el Padre había depositado en él, al elegirlo padre de su hijo.

Acoge a María como le dice el ángel, deja a un lado sus propios razonamientos y asume lo que se le dice. Nos enseña a acoger lo que se nos da en nuestra propia vida, aunque no comprendamos.

«La acogida es un modo por el que se manifiesta en nuestra vida el don de la fortaleza que nos viene del Espíritu Santo. Solo el Señor puede darnos la fuerza para acoger la vida tal como es, para hacer sitio incluso a esa parte contradictoria, inesperada y decepcionante de la existencia» (Patris Corde, 4).

Se entregó completamente a esta misión que le encomendaba y puso su vida al servicio de ello.

Durante ella le acompañaron dolores y gozos, pero su fe y obediencia les conducía siempre en la confianza de que Dios estaba ahí.

Nos enseña a creer en Dios, a tener fe aún en medio de las dificultades, miedos, debilidades, por tanto, es necesario entonces, dejarnos abandonar en Él, para que lleve nuestra vida, porque Él tiene siempre la última palabra y su mirada es más amplia que la nuestra.

Aceptó todo por amor. Vemos como al igual que María, en cada circunstancia de la vida de José pronuncia también su «FIAT».

«Aceptó como verdad proveniente de Dios lo que ella ya había aceptado en la anunciación… Cuando Dios revela hay que prestarle «la obediencia de la fe», por la que el hombre se confía libre y totalmente a Dios, prestando a Dios revelador el homenaje del entendimiento y de la voluntad y asintiendo voluntariamente a la revelación hecha por él» (Redemptoris custos II).

 

·        Trabajo y silencio

 

San José se caracterizó por su silencio. Un silencio respetuoso y puesto al servicio de la escucha. Este silencio ayuda a tener una mirada hacia dentro para meditar y conocer la voluntad de Dios.

El Papa Benedicto dijo «dejémonos invadir por el silencio de San José«, el ruido nos impide escuchar o percibir las grandes verdades de la vida.

Su trabajo estaba envuelto en este silencio, era un humilde carpintero que bajo el esfuerzo de su trabajo, supo responder con fidelidad el cumplimiento de sus deberes, en un constante servicio.

El trabajo es un elemento fundamental para la dignidad de la persona y él nos enseña a hacer un trabajo justo, donde todos los dones que hemos recibido de Dios los ponemos a su servicio.

«…José acercó el trabajo humano al misterio de la redención» (Redemptoris custos IV). Por ello, los trabajadores están invitados a imitarle. Es posible servir a Cristo por medio de nuestro trabajo. «Todo cuánto que, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres…» (Col 3, 23s)

 

·        Custodio de la Iglesia

 Al igual que estuvo al cuidado de Jesús y María, como padre y esposo, con un corazón que fue capaz de amar y proteger al hijo de Dios y a su Madre, es por ello que se le encomienda también la Iglesia, su cuerpo místico.

Se encomienda a su protección y se le pide al igual que Él hizo, que su Iglesia colabore fielmente en la obra de la salvación siguiendo su ejemplo y pidiendo su intercesión.

Tarea que en la Iglesia compete a todos y a cada uno en su estado y tarea de vida.

«José, a la vez que continúa protegiendo a la Iglesia, sigue amparando al Niño y a su madre, y nosotros también, amando a la Iglesia, continuamos amando al Niño y a su madre» (Patris Corde, 5).

 

Qué nos dice a nosotros

A modo de conclusión, podemos ver cómo San José lo hizo todo ante los ojos de Dios, al que sirvió ejemplarmente.

Por lo tanto, la perfección y nuestro actuar como cristianos, en realidad se da en el cumplimiento de lo que Dios quiere de nosotros.

Con su ejemplo de vida nos enseña a amar, orar, sufrir, actuar rectamente para dar gloria a Dios con nuestra vida, en cada día que se nos da.

No es tan importante hacer «grandes cosas» sino hacer bien la tarea que debemos hacer.

«El participó en este misterio junto con Ella, comprometido en la realidad del mismo hecho salvífico, siendo depositario del mismo amor, por cuyo poder el eterno Padre «nos predestino a la adopción de hijos suyos por Jesucristo» (Ef 1,5) » (Redemptoris Custos, Introducción).

Por lo tanto, la fe y el amor con que cada cual va tejiendo su vida en el día a día es importante. Vivir con docilidad la voluntad del Padre, es vivir con un corazón agradecido por todo lo que recibimos, ser conscientes de la misión que se nos encomienda y ser fieles a ese llamamiento.

Nos enseña a ser grandes desde la pequeñez como María (caridad), nos invita a confiar en el creador aunque aparentemente las cosas vayan en contra (fe) y nos induce a ponernos en camino apoyados en el cayado de la esperanza.

 

Festividad de San José

Celebramos su festividad el 19 de Marzo de cada año, Día de San José.

La devoción hacia él, comenzó en el s. IV en Oriente. Va surgiendo entre carpinteros que lo tenían como patrono, y va poco a poco extendiéndose hasta llegar a Santa Teresa de Jesús, muy conocida entre nosotros.

Con el Papa Sixto IV se introduce su fiesta en el calendario romano el 19 de Marzo. Es Gregorio V quien la estableció en 1621 fiesta de precepto (celebración que se mantuvo hasta la reforma litúrgica del Vaticano II). A partir de entonces, van naciendo las primeras congregaciones que llevaran su nombre.

En 1870, el Papa Pío IX, declaró a San José «Patrono de la Iglesia Universal«, modelo de padre y esposo custodio de la Sagrada Familia; Juan XXIII introdujo su nombre en el canon de la misaPío XII lo presentó como «Patrono de los trabajadores» y San Juan Pablo II como «Custodio del Redentor«, también muy querido por el pueblo se le conoce como «Patrono de la buena muerte«.

El 8 de Diciembre de 2020 el Papa Francisco con motivo del 150º aniversario de la declaración de San José, como «Patrono de la Iglesia», escribe la Carta Apostólica «Patris Corde» (Con corazón de padre).

Con el objeto de acercarnos más a San José, un padre que toda su vida nos refleja el amor a Dios y a su familia, un ejemplo de vida para todos.

Es conociéndole cómo descubrimos este amor y podemos pedir su intercesión para imitar sus virtudes. Su vida y ejemplo nos enseña a vivir el evangelio.












El 19 de marzo se celebra en España el Día del Padre, una fiesta muy especial para todos los padres que tienen hijos.

Este día tan especial es un buen momento para que los niños homenajeen a sus papás y para que los padres disfruten de las muestras de cariño de sus hijos.

El día del padre es una ocasión perfecta para fortalecer la relación entre padres e hijos y hacer algo especial, único, diferente. No hay que olvidar que las celebraciones son siempre un motivo de alegría para las familias, sobre todo para los más pequeños.

Este día nos recuerda la importancia de la figura paterna a lo largo de la historia de la humanidad. Tradicionalmente su imagen estaba más relacionada con la manutención de la familia, la seguridad, la imposición de la disciplina, que con las emociones. Hoy, sin embargo, reconocemos el papel del padre en el campo de la educación infantil y en el desarrollo afectivo y emocional de los bebés y niños.


 







ACTIVIDAD: